Si hay algún truco
para corregir lo desconozco, el título es solo estrategia de marketing. Pero,
no se desanimen. No hay trucos, pero sí voy a explicar mi método.
El primer paso para mí
es darle formato al texto, ir marcando los títulos para la posterior creación
del índice y eliminar los dobles y triples espaciados. Esto lo hago sin activar
el control de cambios en Word, para que no queden tantas señalizaciones que,
aunque son correcciones, saturan demasiado el documento dificultando la lectura
de las observaciones que el autor debe considerar para su aceptación.
El segundo paso es
leer e ir corrigiendo de inmediato. ¿Por qué hago esto? Porque en muchas
ocasiones te consigues con el problema de que los autores repiten las ideas (las
acciones o la caracterización de un personaje). Si se está corrigiendo estilo
se debe hacer de una vez, si no se está corrigiendo estilo, se le debe señalar
al autor. En todo caso, se hace de inmediato porque si esperas para corregir en
la segunda lectura, lo que vas a tener es la sensación de que algo que estás
leyendo ya lo leíste y se lo atribuyes al hecho de que ya lo habías leído,
dejando algún párrafo igual a otro sin que el autor pueda culpar a nadie por
tamaño desatino. Y no se puede culpar a nadie porque no es un problema de ortotipografía
ni de estilo, sino que concierne a un informe de lectura que casi nunca se
solicita, pero que un corrector consciente y responsable no lo deja pasar si lo
descubre.
El tercer paso,
después de hacer la corrección completa, es ir en automático, con la tecla
control más la tecla B (Ctrl+B), en los siguientes casos:
·
Por esas
palabras en las que los autores no han querido obedecer a la Real Academia y
que de tanto uso se nos pueden escapar: sólo, éste, ése, ésas, que ya no llevan
tilde, pero que algunos se empeñan en colocarla.
·
Por las
palabras que detectaste que el autor se equivoca con regularidad como el habían
en había, o los nombres de los días y meses en mayúscula. A veces, cuando apenas
detecto este tipo de errores, marco con sombra por donde voy y le doy un Ctrl+B
hacia adelante con la palabra del error.
·
Por las
palabras que pueden tener o no tilde: como o cómo, que o qué, donde o dónde,
mas o más, aun y aún...
·
Desde que
descubrí en un libro que el autor había escrito confección en lugar de confesión,
me hago también mi lista de palabras homófonas que podría haber en el texto,
por si se me han pasado.
·
Cuando se
trata de una novela con muchos personajes de nombres raros y que Word los marca
como error, un truco (este sí es un truco), es señalarle a Word que las omita
todas. Si luego (en la misma sesión) Word te vuelve a señalar error en el nombre
que ya has marcado para omitir, entonces el nombre ha sido escrito de dos o más
formas distintas (Xaviere Xavieri, por ejemplo) y hay que regularizarlo, por lo
general de la manera como lo escribió la primera vez.
·
También busco
en automático la ausencia de comas vocativas, colocando en el Ctrl+B los
nombres de cada uno de los personajes para ver si hace falta o no.
Después de corregir el
documento los dejas reposar por lo menos dos días (esto parece una receta,
faltó agregarle a la luz de la luna) y lo vuelves a leer. Si aún consigues errores,
los corriges (por supuesto), pero investiga en el panel de revisiones cuántas
eliminaciones, inserciones, movimientos y comentarios has hecho para que no te
invada la angustia de creer que eres un mal profesional. Otra lectura debería
pagarse aparte.
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